Sin pedir permiso construyeron su casa en un recoveco de la mía. Cantan por las mañanas y dejan la cochera llena de cacas. El nido que se aventaron les quedó bien suave y lo de las cacas, no me molesta tanto.
Quiénsabedónde escuché que si se ofrece hospitalidad a las golondrinas, estas traerán abundancia al amable hogar, por eso de vez en vez les pongo un
puñito de arroz bajo el nido.
Awwww.
Primero eran dos y ya tienen un bebé. ¡Las quiero!
=O !
salí de marte, pasaba x aqui y te escribí alguillo en anterior post!
suerte YAYÉita!
cuidadooooo°
:)