Dándole rumbo a nuestro estudio de poesía del romanticismo, llegamos sin remedio al nacimiento del primer subgénero americano: la literatura gaucha. Para festejarlo, bebimos mate al atardecer.
Nunca he estado en la Argentina o en cualquiera de los países que comparten la pampa. Pero mi maestro se jacta de haber estado en varios rincones del mundo, así que compartió con su clase de poesía lo que pudiera llamarse, un mero souvenir.
Lo más importante del momento fue compartir y luego de cinco rondas de mate todos nos sentimos afables, relajados y con el viento pampero en el paladar.
Para desentonar, comimos galletas con ate... rima con mate.
1 Comment:
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24 de febrero de 2009, 21:22
que chidote! no me contaste :(.
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