paperback

Cuando iba en primaria pensaba que mi Rubber Soul en cassette era El Gran Descubrimiento, aunque para las niñas de la cuadra fuera algo "extraño y aburrido".
No había cosa más genial: ponerle play y leer la colección de Mafalda 12, cagarme de risa durante horas mientras me tomaba un chocomilk tras otro.
Buscas a huevo que las cosas te pertenezcan; Mafalda y los Beatles son mi hogar, son mi padre y mi madre, los siento míos. Cuando veo a grupos de personas hacerse llamar "Las Mafaldas" o alardear diciendo -Mafalda es el hit we-, lo siento ajeno y falso. Es egoísta -y tonto- pero tengo las entrañas revueltas con esos recuerdos, que no imagino mi porvenir sin ellos. Que de cursi se pone uno con los recuerdos de la infancia.

Papá estuvo a punto de nombrarme Mafalda, entonces mamá le dijo que sí, pero tendría que ir él al registro civil y hacerlo. Papá era huevón.

Me llamo Yaneth (wtf)
¡¡¡asdfghjklñqwertyuiopzxcvbnm!!!

El error está en querer saberlo todo, en la impaciencia de la espera.
Se está acostumbrado a gugulear cualquier duda ansiosa; a picarle rewind/repeat/shuffle a cualquier situación. Los buenos deseos se mandan por mail y los enconos se gestan en Facebook.
Que buena mediocridad nos andamos ofreciendo y aceptamos como si fuera el gran regalo. ¡Somos amigos en MySpace! y nunca te he visto en mi vida, no sé quién es tu padre o en qué te pareces a él, sólo caigo en la cuenta de nuestros tunes favoritos y vaya que tenemos coincidencias. Bah, la coincidencia fabricada de diez mil personas en el mismo lugar escuchando y viendo lo mismo.
Alguien puramente original sería hoy un iluminado.
No existe.

No hago listas de canciones porque no son creación mía, que si las escuché durante el año, pues sí.
Hago una lista superficial de lo que hice este año, cada punto deviene en aprendizajes importantes y creo que este año dejé por fin de ser una adolescente. Ya no me importa el pisto, las drogas, cochar o la party. Quiero trabajar, arreglar mi casa, mi auto, seguir manteniendo mi salud en buen estado y aprender, leer todo lo que se pueda. Estoy recuperando mi amor por las letras, mi primera gran enseñanza.


1. Abandoné el menester noticioso en los periódicos digitales locales. Esto debido al hartazgo que me provoca estar involucrada en atascaderos políticos.
2. Descubrí el exceso de ácido úrico en mi cuerpo.
3. Dejé de comer carne, llevo ya nueve meses.
4. Fui por vez primera a Majalca y quedé impresionada.
5. Armamos el roadtrip ese para ver a Bob Dylan en Zacatecas. Inolvidable.
6. Asistí a mi primer concierto en Chucolandia, Radiohead @ The Woodlands, Houston.
7. Comencé a trabajar para mi Alma Mater.
8. Mis mascotas fallecieron casi que al unísono.
9. Fui a DF persiguiendo la buena racha de Fitness Club en el Rockampeonato.
10. Visité Monterrey para ver a Oasis, sola.
11. En unos días despediré a mi primer y única Roomie, para así vivir sola de nuevo.

Hago una última mención con tintes de agradecimiento al guapísimo joven Walter Alejandro Valdés Gutiérrez por compartir este año conmigo y se le hace una atenta invitación para hacer lo propio el próximo dos mil nueve and so on.

* ¡Qué calor!

* Bonita la Arena Monterrey, eh.

* No como carne, no hubo Rey del Cabrito.

* ¡Qué caro!

* Los aviones de Vivaerobus están viejitos. ¡Cuidado!

* Me encanta el Super Salads... eso no tiene nada que ver con Monterrey

* A las glorietas les dicen rotondas. Bleh.

* Oasis me seguirá gustando hasta que muera. Pero un concierto más, ya no. He tenido suficiente.

Un buen viajero toma el asiento de ventanilla.