A Cuis le falta tesón, otra vez piensa dejar la escuela y lo más probable es que en un año quiera regresar para volver a abandonarla. Es simple, no tiene a quién rendirle cuentas, sólo a simismo y a simismo le vale madre. Pienso un poco y no lo culpo, tal vez comprendo la situación y quizá me he encontrado casi en las mismas condiciones. Ir hoy a la escuela, para mí, es ir a exhibir (sin que nadie forzosamente lo note) mi falta de disciplina en los últimos cuatro años. Es equivalente a regodearse en el fracaso y poner la cara para que vean (¿quién? no sé) que después de los errores uno sigue ahí, intentando ser alguien, según, a manos del Alma Mater.

Pura rendición.

1 Comment:

  1. Julio C. said...
    Je. A mí me pasa lo mismo en las residencias.

    Soy un pinche irresponsable. Que sarrote.

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