Que de pronto a las cosas les diera por estirarse, tanto que desgarradas quedarían las cortinas de todos los ventanales. Los brassieres de las señoras continuarían por reventarse,dejando al viento los pezones hinchados de tan estirados.

Las líneas de los cruces peatonales se tornarían infinitas y los caminos alargados cubrirían de pavimento todo llano. Las sonrisas serían de a diario y perderían utilidad las cirugías plásticas.

De las celdas los barrotes hacia el cielo se proyectarían. Los relojes sus manecillas enredarían de tan amplias, para evitar cuenta fidedigna de cómo el tiempo pasa.

Si comenzara todo por estirarse.

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